-Así es verdad -respondió don Quijote-: cierra, amigo, la puerta, y dame por testimonio en la mejor forma que pudieres lo que aquí me has visto hacer; conviene a saber: como tú abriste al león, yo lo esperé, él no salió, volvíle a esperar, volvió a no salir y volvióse a acostar. No debo más, y encantos afuera, y Dios ayude a la razón y a la verdad y a la verdadera caballería; y cierra como he dicho, en tanto que hago señas a los huidos y ausentes, para que sepan de tu boca esta hazaña.
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