-¿Qué es esto, niña? ¿Qué señor es éste?
-Es un servidor de mi señora doña Teresa Panza -respondió el paje.
Y diciendo y haciendo, se arrojó del caballo y se fue con mucha humildad a poner de hinojos ante la señora Teresa, diciendo:
-Déme vuestra merced sus manos, mi señora doña Teresa, bien así como mujer legítima y particular del señor don Sancho Panza, gobernador propio de la ínsula de Barataria.
-¡Ay, señor mío!, quítese de ahí: no haga eso -respondió Teresa-; que yo no soy nada palaciega, sino una pobre labradora, hija de un estripaterrones y mujer de un escudero andante, y no de gobernador alguno!
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